El amor romántico y sus mitos
El amor es una de las emociones básicas que tenemos los seres humanos. Esta emoción es innata y nos acompaña a lo largo de toda nuestra vida. Pero las experiencias que tenemos , los patrones culturales, la educación que recibimos y otros muchos aspectos, hacen que esta emoción que debería ayudarnos en nuestros vínculos y en las relaciones con los demás, se convierta en una emoción que nos hace daño y nos resta en nuestra vida.
Todo esto se relaciona con lo que llamamos los mitos del amor romántico. Pero, ¿qué son estos mitos?. Estos mitos son creencias (conscientes o inconscientes) sobre el amor que surgen y se mantienen en la sociedad, se aceptan como verdaderas y al ser simplificadas producen una distorsión de la realidad e influye en nuestros comportamientos. Además, generan expectativas erróneas y tienden a provocar sufrimiento emocional.
Estas creencias nos llevan a mantener relaciones poco sanas y nos olvidamos de nuestro autocuidado por anteponer siempre la relación o a la otra persona. Cuando leamos estos mitos es probable que nos parezcan obvios, pero en muchas ocasiones actuamos de forma inconsciente en base a ellos.
¿Cuáles son estos mitos?
Los polos opuestos se atraen:
Me puedo sentir atraído/a por alguien completamente opuesto/a a mí por llenar algo que falta en mí o porque esa persona se pueda ocupar de lo que yo no puedo. Me atrae el opuesto pensando que me llenará, pero sabiendo que esas diferencias terminarán dañando mi relación. Aunque nos cueste admitirlo, porque este mito está muy inyectado en nuestra sociedad, alguien afín a mí me traerá muchos más beneficios aunque eso implique ocuparme de mis propias necesidades.
¿Cuáles son las alternativas a este amor romántico?
De nada nos serviría conocer los mitos del amor romántico y las consecuencias que provoca, si no buscamos alternativas para vivir un amor sano y que nos proporcione felicidad.
Lo primero y más importante pasa por el hecho de cuidar de uno mismo. No podemos cuidar del otro si olvidamos nuestro autocuidado. A partir de aquí, sería preciso llevar a cabo un proceso de negociación en la relación amorosa, en la que cada parte es libre e individual pudiéndose complementar con el otro, estableciendo el amor como algo beneficioso para todas las partes. Asumiendo a su vez la idea de diversidad, equidad, desarrollo personal, libertad sexual y reproductiva, etc.
Por supuesto, a nivel social, es necesario un cambio de cultura donde se de espacio a una mayor educación emocional. En la que el amor se entienda como cuidado, afecto, reconocimiento, respeto, compromiso y confianza.
¿Cuándo buscar ayuda?
Estos son algunos de los muchos mitos que existen sobre el amor romántico y que viven escondidos en el inconsciente colectivo. Nuestra labor como profesionales de la salud es la de desmitificar cada uno de ellos con una buena psicoeducación, y poner al amor en el lugar que le corresponde, dándole un espacio más accesible. Y aunque a corto plazo se pueda perder algo de brillo, a largo plazo evitará heridas y relaciones dañinas que produzcan dependencia o sencillamente infelicidad.
Y tú, ¿te sientes identificado con alguno de ellos?. ¿Tu relación de pareja te está haciendo sufrir? ¿Consideras que no eres libre en algún aspecto de tu relación? Si es así, en LDNpsicólogos podemos ayudarte.
La omnipotencia (el amor todo lo puede):
Debemos tener claro que el amor es una emoción básica y como tal hay que tratarla. Cuando la mezclamos con otras emociones como la tristeza, la rabia o el miedo, se pierde la verdadera esencia del amor.
El amor hay que cultivarlo, y no pensemos que solo por sentir amor, los demás pilares básicos de la pareja van a fluir. Si encontramos cosas que dañan a la pareja creemos que el amor podrá solucionarlas, pero no es así. Habrá que trabajar todos esos aspectos que no están funcionando, analizando cuales son las causas y las consecuencias que están teniendo en nuestra relación de pareja.
La media naranja:
Es uno de los mitos más conocidos y que, afortunadamente, vamos venciendo día a día. Cuando creemos que encontrar a otra persona que nos acompañe en nuestro viaje, es encontrar nuestra media naranja, asumimos que estamos incompletos y que esa otra mitad es la que nos va a completar. Y, por supuesto, esto no es así. La persona elegida nos debe complementar y no completar.
Este mito nos suele llevar a buscar desesperadamente esa otra mitad que nos complete y en ocasiones esa desesperación nos hace tomar malas decisiones o quizás precipitadas.
La pasión debe ser infinita:
Las relaciones pasan por varias fases en su desarrollo. Al principio nos encontramos en una fase de enamoramiento en el que las hormonas tienen un papel importante, pero esta fase no puede durar toda la vida, ¡sería agotador!. Por lo que, a continuación, comienza una fase de más calma, tranquilidad y complicidad. Cuando llega esta fase muchas parejas piensan que se ha perdido la pasión y que la pareja no debe continuar adelante.
Este mito también nos hace ver de forma distorsionada el ámbito de las relaciones sexuales. Éstas tienen que estar siempre presentes, con alta intensidad y de una manera satisfactoria. Y no tiene porque ser así. Al igual que la relación de pareja se va modificando y modelando con los años, las relaciones sexuales también lo hacen.
Los celos son una prueba de amor:
Se ha asociado tener celos a que nos importe la persona con la que estamos o con el simple hecho de quererla y que nos quiera. Pero, los celos no son ni mucho menos sinónimo de amor. Los celos son una representación de nuestros miedos e inseguridades, tanto de uno mismo como hacia la otra persona.
Si bien es cierto, que al igual que otras emociones, sentir celos es natural. El problema vendrá cuando no sabemos gestionar esa emoción y nos lleva a elaborar conductas destructivas hacia nosotros y hacia nuestra pareja.
La exclusividad:
Este mito se basa en la idea de que solo nos podemos sentir atraídos por nuestra pareja, sin fijarnos en nadie más. Este mito lleva asociado un miedo a que la otra persona nos abandone, además de la inseguridad que se puede generar sobre nosotros mismos. Este mito no implica que nos vayamos al extremo contrario, que la alternativa sea una relación poliamorosa o una relación abierta. De lo que se trata es de que mi vida no es exclusiva de mi pareja y que puedo decidir sin que la otra persona esté.
El amor es lo más importante:
Este mito se basa en la creencia de que para conseguir la felicidad plena tenemos que estar enamorados. Lleva asociada la idea de hacernos responsables no solo de nuestra propia felicidad si no también de la felicidad de la otra persona. Y si no lo conseguimos nos sentimos culpables o frustrados.
No debemos olvidar que cada uno tiene que responsabilizarse de sus propias emociones y no de las del otro.